lunes, 14 de noviembre de 2011

Tu mayor competidor es lo que quieres llegar a ser (Jim Taylor)

Al comienzo de mi tercer semestre en Ciencia Política, mi mente y corazón se tomaron de las manos para conquistar mundos que ninguno de los dos solos, corazón o mente, hubiesen querido alcanzar. Soñé con conocer en mi vida personal, mundos humanos maravillosos, deseosos por entregar una buena respuesta a su futuro y el de los demás. Quise esforzarme por aprender algo nuevo cada día, agudizar mis sentidos y aumentar mi fe y esperanza en Dios. También, en lo profesional, hacerme conocer para distinguir terrenos fértiles y áridos. Pero ante todo creerme capaz de conquistar todos los sueños anteriores, aumentar mi seguridad y caminar con pasos fuertes y certeros.

Cuando comenzó el semestre, me creí capaz de todo, tanto así, que olvidé que podría fallar… Y fallé. Perdí una oportunidad que inspiraba confianza y que abría muchas puertas. Cuando recibí la noticia, me desanimé, perdí la esperanza de alcanzar muchas cosas y de creerme capaz de conquistar mis sueños. En ese momento, Dios me mostró, que mi reto ahí comenzaba y comprendí que existen cosas que son tuyas y que a pesar de que te equivoques, puedes conseguirlas, porque con esfuerzo las alcanzas.
En mi vida profesional, fueron a pareciendo oportunidades que yo misma busqué porque en realidad las quería, y por fortuna esas son las que me han acompañado hasta ahora. Conocí el trabajo MatízKecán| Logística + Eventos, y me gusta trabajar en el servir a la gente. Pero la segunda oportunidad que Dios me ofreció, ha encantado, así como una historia de Peter Pan y Campanita, mi castillo de sueños.

Esta segunda oportunidad es capaz de ofrecerte apoyo, seguimiento, profesionalismo, comprensión, trabajo en equipo, proyección, progreso, solución… ¡muchas cosas! Cuando conocí el trabajo del Centro de Escritura, me gustó, más nunca me imagine querer estar ahí. Poco a poco, cuando hablaba con tutores del Centro de Escritura y conocía su trabajo, me encontraba con una pasión por el enseñar y conquistar escritores, que motivaba auto-corregirte. No creo ser la mejor en cuanto a escritura, y tampoco lo contrario, pero cuando recibía una tutoría, era encontrarte con algo nuevo, grande o pequeño, pero siempre estaba.

Comencé entonces, por interesarme en éste proceso de mejoramiento y capacitación, para ser tutores. El Centro de Escritura, en su capacitación ha demostrado lo mucho que tiene por dar y lograr. Ha colocado las cartas sobre la mesa. Ha cuestionado mis capacidades, pero también me ha dado motivos para alcanzar lo que desde un tiempo para acá se convirtió en mí un sueño.

Este ensayo ha sido creado para reflexionar y pensar prospectivamente los aportes que tanto el Centro de Escritura, como yo, futura tutora podemos dar. Cuán segura y conforme me sentiría trabajando en él. Y también qué tanto ayudaría y aprendería de cada una de las personas a las que pueda colaborar. En realidad es ser sincera y saber si este gran proyecto tiene futuro y puesto entre mis grandes sueños. Si podré querer mejorar y aceptar errores para corregirlos. Tener la disposición y creerme parte importante para que todos podamos progresar, ó mejor, para que el Centro de Escritura crezca.

Si hablamos con sinceridad, en ocasiones, estando en el salón me siento pequeña, creo que esta indirecta “competencia” por alcanzar tu sueño, me puede dejar atrás y me da miedo, porque más que tener las capacidades, es querer estar ahí, ¡ayudar!… Que mi espíritu de servicio se desenvuelva en una comunidad estudiantil que necesita, que quiere lograr grandes cosas, y todos tenemos ganas de estar ahí. No siento miedo de si me equivoco, porque la experiencia te hace cada día más fuerte y te advierte, más sé, que estoy en un proceso, que no nací aprendida sino, por el contrario, que nací para aprender. Siento miedo el no tener el lugar que quiero para desarrollar mis habilidades y aprender. También decepcionar, que un día lleguen diciéndome “Stefhania, la verdad yo pensé que podías dar más…” Pero sé, que si no quieres que pase, harás lo imposible solo, para que no pase.

Cuando realizábamos el simulacro en la cámara de Gessel, y veía a mis compañeros, yo decía no pero es fácil… es sentido común. Pero cuando entras la sala, y te dices, “vamos hacerlo”… Es como cuando cantas, que por más técnica que tengas, estar parada en un escenario frente a muchas personas y ver las expectativas que proyectan sus ojos, toda esa preparación psicología a priori se esfuma y solo una fuerza interior hace que el más remoto miedo, nunca jamás conocido, se opaque o sencillamente se haga presente en tu gala.
Sentarme y saber que me estaban viendo, pero que yo no los veía, aparte de ser intimidante, colocaba tus ansias a mil… Cuando estaba en “acción” y no entendía, la estudiante lo que explicaba, me dio mucho miedo, pensé, ¿será que no voy hacerme entender? ¿Y si en algún momento, la persona que esté en tutoría no entienda nada?, daño tal vez su trabajo… En toda la tutoría fue el fantasma que caminó conmigo hasta llegar a mi casa. Como historia personal, cuando me estaba bañando, después de un largo día, pensaba voy aprender hacer cubos y estrellas para explicarles mejor, para cuando no me entiendan. Y pensaba, en el cubo escribiré lo que la profesora nos mostró y así, no me enredo y no enredo al estudiante. Hasta ahora, la propuesta sigue vigente, y si Dios lo permite, haré cubos y estrellas para poder explicar, en cuanto sea tutora.

He pensado en un caso real, y aunque pueda que me den ansias, sé que haré lo posible para que el estudiante al menos se vaya con algo aprendido. Me da pena, el olvidarme que es el estudiante quien debe hablar más, no yo… De pronto por el ansia de querer que aprenda algo lo olvide, espero corregirlo.

Me encantaría aportar muchas ideas al Centro de Escritura, porque me reconozco como una persona ingeniosa o al menos, creativa y estratégica para posibilitar proyectos. Me aburriría saber que existen personas en el CEJ, que no buscan un progreso, sino que van por otros intereses. Acepto, que debo mejorar, personalmente, en mis escritos, en el argumentar mejor, pero es algo que me motiva para entrar y querer mejorar, porque es una responsabilidad, el ayudar a los estudiantes y también aprender de ellos, y aplicarlo en mis escritos.
Si soy aún más sincera, de corazón, me fascinaría estar en el Centro de Escritura. Mi interés se enfoca en lo profesional y en el desarrollo que se pueda alcanzar con los estudiantes. Sería un gusto pertenecer y poder dar mi opinión y buscar estrategias para prepararnos como excelentes escritores. Perfeccionar muchos aspectos, los cuales reconozco que debo mejorar, en cuanto a la escritura, porque así como la política, la escritura, tiene una constante transformación y por tanto merece tiempo para progresar acertadamente.

La escritura, literatura y expresiones que se despliegan en óleos con tinta negra, me intrigan, motivan, emocionan… me venden, regalan… hacen muchas cosas para mí. Por eso sería una gran oportunidad entrar y aprovechar lo mucho que el Centro de Escritura puede ofrecer. Por tanto, yo si quiero pertenecer al Centro de Escritura.

lunes, 17 de octubre de 2011

lunes, 19 de septiembre de 2011

¿Y con relación a la participación de los estudiantes?


Una de las cosas que me gusta, es ver a las personas, por medio de una ayuda, como desarrollan habilidades de las que se creían incapaces de lograr. Y como ese logro hace más humano y servicial a quien se interesó por ayudar.

Me gustaría mcuho, ayudar a que las personas puedan resolver problemas que tienen salidas para cualquier tipo de interes. Soluciones moldeadas de acuerdo a una situación diferente.
Espero que en el Centro de Escritura brindemos e investigemos, sobre la motivación de los estudiantes.

Que mi relación con la participación de los estudiantes sea amena y de confianza. Donde podamos buscar alternativas juntos para solucionar el proceso escritor y así, poco a poco el proceso se convierta en un intercambio de conocimientos.

¿Cuáles son tus expectativas con relación a tu participación como tutor?

Mis expectativas se basan en una tutoría integral y académica. Me encantaría saber que puedo ayudar a muchas personas por medio del uso de mis sentidos y capacidades, las que espero, todos los días perfeccionar.

Me gustaría encontrarme con personas a las que les di tutoría y saber que a parte de la ayuda que se brindó sobre un texto especifico, fui parte de la reestructuración académica a la hora de escribir textos. Ser parte de un triunfo que no es mío, sino de la persona; pero que a pesar de todo fui un aceite para que su proceso mejorara poco a poco.

Me sentiría orgullosa saber, que de cada persona que ayude aprendí, hablo de cualquier enseñanza. Espero ser una tutora aprendiz cada día y que de cada experiencia, se logre aportar en el crecimiento del CEJ. Porque no solo es pensar en los beneficios que deja individualmente la aventura de ser tutora, sino también pensar en el cómo llegar a ser cada día como un granito de mostaza, que a pesar de ser pequeño, movería montañas.

¿Cómo sueñas que sea nuestro Centro de escritura?





Lo sueño como la casa de la cultura ... Lo sueño, como el lugar donde no solo trabajamos y buscamos ayudar a personas, sino tambièn el lugar donde puedo aprender desde un tema de otra carrera como también aprender a ser mejor persona.
Lo sueño como un espacio donde todos los esmeramos por alcanzar un progreso cada dìas, es decir, que exista una unión y que no busquemos un interes personal, por el contrario, que en el interes general se halle nuestro interes personal.

Sería para mi una casa, donde pueda encontrar un apoyo, donde trabaje con gusto y con mucho sentido de pertenencia. Que academica y profesionalmente pueda asistir y ser asistida en las ocasiones más pertinentes.

Pienso en lo fantástico que sería, llegar al Centro de Escritura y saludar, hablar con mis compañeros y buscar alternativas de mejoramietno personal y grupal para el CEJ.

De pronto suena muy bonito e imaginario, pero existen cosas que a pesar de ser muy formales necesitan de un toque mágico para alcanzar proyectos que son dificiles de realizar. Y más que eso, siempre he querido un lugar de trabajo que inspire, que no se convierta en un interes monetario mi motivación. Sino, que sea un lugar donde trabajar se convierta en un hobby, que ayudar sea un ejercicio donde perfecciono todos los días mi escritura, formas de progresar.

Proceso de escritura

LOS PIES CON QUE CAMINO

¿Quién será la próxima ganadora del premio Nobel de escritura? - el silencio empezó a naufragar en medio de 20 personas cuyo futuro tal vez no estaba en una hoja y menos en alzar un lapicero... Segundos que se convirtieron en una eternidad para la profesora de castellano, pasó su mirada por los ojos de ilusiones lejanas a la escritura y solo cuando el silencio parecía responder su pregunta, yo, Stefhania Libreros Serna, con 14 años estabilizó la caída del avión con destino a un "imposible".

Escribir para muchos es una obligación, para otros su fuente de trabajo y, por consiguiente, la única forma en que sobrevivirían en este mundo de suburbios, de acciones con intereses personales o sociales. No es extraño, ni sobrenatural ver como columnistas, editores, periodistas, escritores, críticos, y entre muchos, como hacen de la palabra hablada una obligación, una forma de conseguir dinero. Como tampoco es extraño, (y por lo menos más gratificante) ver personajes como los anteriores agregando cantantes, niños, niñas que escriben en sus diarios, personas comunes y corrientes, a las que escribir, significa construir un mundo mejor, comprometerse con la magia de las palabras a expresar los que otros tantos, no pueden decir. También es la manera más sensible y noble, de perpetuar en el mundo la grandeza existente en la tierra a pesar de lo complicado que en ocasiones se convierta vivir en ella. Es el Yoga o el ejercicio diario que te hace sentir obrero del progreso de generaciones venideras.

Cuando era pequeña, y hasta hace poco, pensaba que escribir era sentarse y soñar, después pensé que era tener el poder de expresar y hacer uso de tu libertad como derecho. Pero ¡¿qué fuera mi futuro?! No!, No! Y no! Es decir, era muy aburrido sentarme y solamente “escribir”. Pero la vida es tan irónica, que donde empiezas pocas veces terminas, y así me pasó. Por eso la escritura, poco a poco se convierte en mi principio, en una parte importante de mi vida. Por eso, si para muchos la escritura es su fuente de trabajo, y para otros, su fuente de inspiración ¿qué era y es, para mí, escribir?

En cada cumpleaños, parecía que alguien había firmado un contrato donde algún regalo por obligación, debía ser un diario o un libro. Para mí no era aburrido porque todo lo nuevo y regalado me gusta, pero tampoco era ¡¡EL REGALO!! con el que siempre soñaba y añoraba después de 365 días (sería muy "ñoño" afirmarlo).
Estos regalos los recibía, pero por épocas hacia uso de ellos, solo cuando quería hablar con Dios, agradecerle por mis días, por mi familia, por todo lo que vivía. Todo esto gracias a una familia constituida por una abuelita que, alrededor de una mesa y con la compañía de tías MUY marianas, oraban. Una abuela que educó a sus hijos con "verraquera" y ayuda del Dios omnipotente, omnipresente y omnisciente. Y por claras razones en mi casa, con imágenes muy católicas, me enseñaron a escribirle no a un diario sino a un Señor Todopoderoso.

Mi escritura divina y agradecida siguió hasta cuando mi vida pareció dividirse en dos, por la separación de mis padres. Desde allí mi escritura era mucho más profunda, especial (por así decirlo), pero, ante todo, mucho más elaborada.

En cuatro años analicé situaciones, cometí errores y fui parte de un circo social que poco a poco despertó la necesidad de contar y explotar como una bomba todo lo que viví y callé. Comencé entonces a escribir, a criticar las diferentes situaciones que muchos, incluyéndome, vivían. Historias que se hacían interesantes a la hora de describirlas, de plasmarlas de una forma más elaborada.

Mis padres, a pesar de que ahora están juntos, reconocen que esos cuatro años para mí se definen como una etapa de superación, de avance. Mi forma de actuar, pensar, hablar, de relacionarme, todo en cuanto a mi formación, cambió notablemente. En cuatro años descubrí actitudes y aptitudes que por gracia de Dios fui desarrollando, tanto así que mi voz cambió y empecé a cantar. Otro motivo más para descubrir qué significa escribir. Lo musical, lo cultural, fue un terreno interesante pero nunca imaginé que mi segunda vida se encontraría en la armonía y afinación de mis cuerdas vocales. Cantar fue, es y será la forma más maravillosa de imaginar un mundo mejor a pesar de los problemas. Desde ahí comencé a componer canciones, a escribir con más efusividad, estructura, madurez.

Con el canto vinieron los reconocimientos, las felicitaciones, el orgullo por parte de la familia... En fin, situaciones que por muy buenas que parezcan, a veces se convierten en hipocresía e interés por un don que no sirve de nada sino aprendes a mesurar tus deseos. Conocí muchas personas y desde ese momento me gustó mucho más escribir sobre los sentimientos que me despertaban, más las razones por las que actitudes poco sinceras eran el reflejo del cómo era la sociedad colombiana. Si mi niñez había estado rodeada de cuentos, de libros gigantes con dibujos de colores por todo lado, ahora no era yo quien no solo leía sino, también escribía.

En el colegio, llegó una nueva profesora de castellano que contaba historias fascinantes, tenía un gran poder de convencimiento. Sus trabajos eran investigar, informarse y hacer un análisis. Todos estos trabajos por fortuna tenían una relación social, radicaban en un problema común y afectaba de forma directa o indirecta a la formación de cada persona, tema que se alineaba con mis intereses. Entonces, comencé a escribir. Mis trabajos fueron reconocidos y destacados por mis análisis y la forma en como criticaba y formulaba soluciones para superar aquellos problemas.

Tuve documentos con frases inventadas, cartas para personas imaginarias o tangibles. El reconocimiento sobre mi habilidad hizo que muchas profesoras, y compañeras me buscaran para inventar eslogan, títulos de trabajos, corregir textos, revisar signos de puntuación, dar opinión personal sobre algún texto, hacer también poemas, retomé las oraciones, etc.

Fueron muchas buenas experiencias en el colegio que poco a poco moldearon mis habilidades. Es claro que no soy perfecta, y tengo muy presente que la perfección no es de humanos, pero se alcanza un escalón más, con dedicación, amor y perseverancia. De ésta forma, el crucero de mi relación con la escritura, va divisando a lo lejos, tierra donde descansar y, a pesar de que tal vez, para responder la pregunta sobre qué es para mí la escritura, hacen falta fundamentos, correcciones, mejoras y muchas cosas más, poco a poco, voy descubriendo y respondiendo con sutileza.

Mi escritura no es la mejor, (hasta aquí mismo existen muchos errores), es por eso que me empeño todos los días en mejorar mi escritura, en aprender un poco más, en investigar. Cuando era novata en este campo, tenía muchas fallas, no existía coherencia muchas veces en el momento de escribir. Hace menos de un año, escribí un proyecto de grado, con mi autobiografía y mi proceso de aprendizaje. Les puedo reconocer, que existieron errores, desatinos, pero claramente descubrí la belleza y la magia de aprender cada día más. Fue como sentarse a jugar un videojuego, de esos que te vuelven adicta y pocas veces te paras. Sé que inconsciente y conscientemente hice y hago todo lo posible para aprender más y más. Es por eso, que ahora quiero y deseo pertenecer al Centro de Escritura Javeriano, un lugar donde encontré la posibilidad de crecer. Un lugar donde te vuelves polifacética, en buen término, donde aprendes mucho en diferentes campos. No es por ser mítica, pero Dios se ha encargado de retirar muchas oportunidades de trabajo, no necesariamente de escritura, sino de otras cosas, para dejar únicamente este proyecto. En mis hipótesis, la que me parece más coherente, es que ÉL muy bien sabe que en el CEJ más que aprender, entregaría amor y ahí está la clave para el progreso. ÉL muy bien sabe mis debilidades y que si no tengo motivaciones sinceras para hacer las cosas, muy pocas veces las hago bien.

En la Universidad claramente, tu escritura es muy académica; referencias, citas, autores, normas INCONTEC, APA, en fin, detalles que te corrigen y hacen más profesional o preparada tu escritura, porque a pesar de que en ocasiones se tornan aburridores todos esos accesorios, es un lujo hacer uso de ellas. Ahora con mi carrera, puedo colocarme un zapato del otro y un zapato mío, para así escribir lo que a veces callamos, lo que se nos dificulta expresar y gritar, porque la expresión es universal y por consiguiente, la escritura. Cada texto para mí es la imaginación que mi mente tiene descrita por letras. Es como tener un hijo. Al principio es difícil corregir sus fallas, determinar su personalidad, lo cual hace que tu trabajo sea de todos los días, que por obvias razones tienes momentos en que te desilusionas, te equivocas, te pierdes; pero poco a poco vas aprendiendo a estabilizar tu avión. Cada vez aprendes a reconocer cuáles son tus fallas constantes y pensarlas un poco más, invertir tiempo y amor por ellas, porque cuando pierdas el entusiasmo y el amor por lo que haces, ya de nada vale tu esfuerzo. Desde allí, yo puedo afirmar lo útil que es saber escribir, no solo por aprender (que es verdaderamente importante), sino también, creerse capacitado para lograr sueños que parecen solo para gente de televisión. Creerse digno de superar obstáculos no solo personales, sino también sociales. Y creer que en la escritura se puede encontrar la clave, la llave, el puente, el sendero, la luz, el atajo, la oportunidad, la esperanza, y muchas cosas más, para reconocerse como parte importante en la elaboración de un mundo mejor.

La escritura para mí son los pies con que camino sobre mi futuro. Es el epicentro de mi inspiración. Es el recurso renovable que Dios me regaló. Tengo la convicción que es allí donde se encuentra la silla preferencial con mi nombre en el avión de mis proyectos. Es la escalera infinita que me conduce al conocimiento sin frontera, ni distinción de razas, clases, ideologías, valores, creencias, etc.


Stefhania Libreros Serna

martes, 30 de agosto de 2011

“El proceso de escritura académica: Cuatro dificultades de la enseñanza universitaria”




En muchas situaciones, los estudiantes universitarios han tenido y tienen constantemente, problemas a la hora de empezar su proceso de escritura. Se dificulta de cierta manera obtener los resultados suficientes para considerar su texto como una verdadera obra escrita.
En por esto, que la Dra. Paula Carlino, en su articulo “El proceso de escritura académica: Cuatro dificultades de la enseñanza universitaria”, señala las dificultades que tienen los estudiantes universitarios y las posibles soluciones, a la hora de redactar un escrito académico.

Para ella, existen cuatro dificultades en el proceso de escritura. La primera dificultad se encuentra en el "No tener en cuenta al lector", aquí se describe el cómo los estudiantes universitarios dejan a un lado el fin último de su texto, que es su lector. Es decir, un escrito debe desarrollarse pensando siempre en el público quien lo va a leer, de lo contrario, se convertiría un "monólogo" donde el único que podría entender ideas y captar fácilmente el contenido de este, sería su autor. Pensar en el lector, es reflejar el propósito del escrito..

La segunda dificultad es el "Desaprovechar la potencialidad epistémica del escribir". Eta dificultad se desarrolla cuando no se tiene en cuenta al lector y también, en el momento en que el propósito del tema se difumina en el escrito. Es importante tener en cuenta el ¿por quién va ser leído?, ¿para quién va dirigido?, ¿cuál es el propósito o fin de mi texto?. Preguntas que facilitarán el futuro optimo del texto.

La tercera dificultad es el "Revisar solo la superficie" en donde encontramos que lo universitarios y hasta lo mismos docentes, se limitan a ver la superficie del texto, más no en profundizar más allá sobre el contenido del texto. Para muchos estudiantes, como lo dice la autora, escribir es traducir sus pensamientos en prosa escrita y no un proceso de investigación y desarrollo para la construcción de su texto.

La cuarta dificultad es "Postergar el momento de empezar a escribir". Esta dificultad se da porque a poco tiempo de la entrega de su trabajo, escrito, empiezan a leer sin haber recopilado información donde haya tenido un proceso previo de capacitación para la elaboración de su texto, de lo contrario, es muy probable que se hagan textos con prosa solo para el autor.

Estas dificultades de alguna manera resumen lo que a muchos les pasa a la hora de escribir. En mi opinión, un escritor debe de tener en cuenta estas formas de trabajo para el desarrollo de su texto. Pero en cuanto a la academia que busca soluciones rápidas para un estudiantes universitario con poca experiencia de escritura, es en mi opinión, este articulo, muy general para la búsqueda de soluciones.
Las recomendaciones y sugerencias de la autora, se desarrollan para un público con una leve experiencia. El problema está en los que no tienen experiencia o sencillamente su gusto por la escritura es mínimo.


Tal vez a mi forma de verlo, sería más especifico tratar con seis puntos donde detallarían lo que ciertamente podría ayudar a cualquier tipo de escritor. Etapas que generan una idea detallada para el desarrollo del texto.
1.Representarse la tarea, básicamente hacer un análisis del texto
2. Generar ideas, utilizar la imaginación para construir un tipo de camino por el que se va andar.
3. Organizar ideas
4. Textualizar, investigar sobre lo que se va a tratar
5. Evaluar y diagnosticar, es decir, ¿cómo está el texto en todos sus sentidos?
6. Operar cambios
Como vemos, estas etapas aunque especificas se resumen en las cuatro dificultades que detalla la Doctora Carlino. En ellas existen, tal vez, la solución a las dificultades de los estudiantes universitarios.
Por ejemplo, Postergar el momento de empezar a escribir se podría solucionar con generar ideas y a la vez organizarlas. Revisar solo la superficie se solucionaría con Evaluar y diagnosticar sobre el desarrollo del texto. Desaprovechar la potencialidad epistémica del escribir se solucionaría con Textualizar el texto y por ultimo, No tener en cuenta al lector se solucionaría con representarse la tarea.

De esta forma se podría desarrollar un proceso más formal y aconsejable para cualquier tipo de escritor o lector.